La FCS trabaja en programa integral contra la violencia en el fútbol

En conjunto con el Club Atlético Belgrano, la Facultad de Ciencias Sociales comenzó a trabajar en el Programa Integral contra la Violencia «Para que Alberdi sea siempre una fiesta!», que busca la realización de diagnósticos y propuestas que permitan desarrollar estrategias para disminuir la violencia en el fútbol.

La colaboración entre las instituciones, a la que se suma el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba, quedó de manifiesto este lunes 18 en un lugar simbólico para el fútbol, tal como lo es una de las tribunas del club. Allí suscribieron una carta de intención por la que afirman el compromiso en avanzar con la realización del Programa Integral contra la Violencia, que luego se verá respaldada a través de un convenio específico entre la FCS y el CAB.

La propuesta de trabajo conjunto surge a partir de la preocupación por trabajar sobre una problemática que es central para que los socios puedan disfrutar de los eventos deportivos. La iniciativa tiene como objeto que todas las instituciones involucradas aporten a la realización de diagnósticos y propuestas que permitan desarrollar diferentes estrategias para disminuir la(s) violencia(s) en el fútbol.

El programa combinará un diálogo permanente entre especialistas, profesionales y responsables institucionales del Club; entre socios/as, hinchas, jugadores/as, fuerzas de seguridad, actores mediáticos y funcionarios/as estatales en sus distintos niveles. Se trata de generar instancias de trabajo mancomunado donde se promuevan acciones y se creen herramientas destinadas a disminuir las múltiples violencias que imperan en el fútbol. Se propone un trabajo colaborativo, interviniendo en la formación y sensibilización sobre la violencia, pero también construyendo diagnósticos locales, que den cuenta de las semejanzas y diferencias con otros contextos analizados por la literatura especializada, y a partir de allí, se propone una articulación fluida con los actores estatales, tanto provinciales como municipales, que trabajan en la problemática, para la elaboración de agendas concretas de intervención.

La decana de la FCS, Silvina Cuella, destacó el diálogo colaborativo entre la Universidad Nacional de Córdoba, a través de la Facultad, y las distintas organizaciones e instituciones de Córdoba. «Esto nos obliga a aprender de una organización histórica y fundante de Córdoba, y nos abre nuevas líneas de trabajo, las que, sin dudas, le darán una dinámica muy particular a la vida de nuestra universidad». Al respecto, remarcó que sin las demandas y sin los intereses concretos de los actores sociales que se acercan a la Facultad, «no podríamos revitalizar nuestras funciones sociales, pensando siempre en una cercanía y en un involucramiento de la realidad de la cual somos parte».

En tanto, Jorge Franceschi, presidente del Club Atlético Belgrano, destacó la misión de la institución como entidad mediadora entre la sociedad civil y el Estado, que educa y forma seres humanos a partir del deporte, lo que exige tener un trabajo y una mirada respecto del tema complejo de la violencia. Al mismo tiempo, se comprometió a «estar a la altura de todas las sugerencias que nos hagan», sin esquivar la resposabilidad como dirigentes del club que quieren el cambio cultural en la gente.

El miembro de la Mesa Ejecutiva del CAB, Marcos Ibáñez, puso sobre relieve el carácter inédito de la iniciativa para un club de fútbol. La idea, dijo, «es no poner la responsabilidad en terceros, en minorías violentas sino que nos miremos a nosotros mismos y digamos en qué participamos cada uno, desde el lugar que nos corresponden, en esas situaciones de violencia que se viven en el fútbol. Hinchas, socios, pero también de los dirigentes, los jugadores, los periodistas, los organismos estatales, la policía; todos formamos parte de este espectáculo y tenemos responsabilidad a la hora de encarar este tema tan complicado y diverso de la violencia».

El aporte de la Facultad
En esta primera etapa, el aporte de la FCS es proponer líneas de trabajo para los actores de la comunidad del CAB (socios, hinchas, grupos familiares y juveniles), para luego ir ampliando el plan de acción a los otros participantes/destinatarios.

El equipo de docentes e investigadores de la FCS, coordinado por Valeria Plaza, parte de la premisa que las prácticas violentas en determinados ámbitos deportivos están legitimadas y por esta razón, personas que en otros ámbitos de su vida no sostienen prácticas violentas sí lo hacen en la cancha. Este  constituye el eje central sobre el cual se pretender trabajar.

“El aguante”, en tanto noción constantemente oída y repetida en contextos futbolísticos, aparece como un valor que sustenta el ejercicio de distintas prácticas violentas. Hay una “cultura del aguante” que torna a la violencia una práctica socialmente aceptada. Por eso, de lo que se trata, es de identificar aquellas prácticas, costumbres, ideas y discursos que legitiman la violencia, para poder, en primera instancia, desnaturalizarlos, y posteriormente, re-significarlos en función de una convivencia democrática, tolerante y pacífica.

El plan de trabajo prevé en una primera instancia la realización de una encuesta entre los socios del club para relevar percepciones, definiciones y prácticas violentas que ellos mismos identifican. Posteriormente, contempla acciones con los actores involucrados tareas de sensibilización y prevención de la violencia en el fútbol y abordaje de la problemática de género (intrínsecamente relacionado con estas), la puesta en marcha de tareas de formación y capacitación, la elaboración de diagnósticos participativos y el fortalecimiento de la coordinación de acciones preventivas operativas, y el fomento de la participación de actores estatales y no estatales en la prevención de la violencia en el fútbol y la promoción de una política de reducción del uso de la violencia en la cancha.

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